endoterapia

En el post de hoy os vamos a hablar de un tema un poco diferente a lo que estamos acostumbrados a tratar, pero no menos importante.

El dicho popular “tus manos dicen mucho de ti” es absolutamente cierto, y cuando nuestra profesión está relacionada 100% con ellas, son nuestra principal herramienta de trabajo, debemos prestarlas la atención necesaria. La naturaleza no ha dotado a la piel de las manos de las características que ésta necesitaría para llevar a cabo su frenética actividad: es una epidermis sin glándulas sebáceas y en la que la capa exterior es tan frágil que se ve incapaz de realizar su función de barrera, llegando a dejar la piel reseca e incluso agrietada.

Nosotros tenemos una serie de “trucos”, a modo de tratamientos con elementos naturales (el riesgo de irritación o reacción es nulo), ya que los activos vegetales nos ayudan a paliar carencias y evitar deterioros en nuestras manos.

El primer consejo para tener unas manos suaves y sin asperezas nos lo dio la Señora Juliana, persona que desprende sabiduría por los cuatro costados, consiste en mezclar 4 cucharadas de aceite de oliva, 3 cucharadas de azúcar y un chorrito de zumo de limón. Esta mezcla la aplicamos en las manos y frotamos de manera suave durante unos minutos, de esta manera estaremos exfoliando la piel e hidratándola intensivamente. Para potenciar los efectos, lo mejor es ponerse unos guantes de algodón durante un mínimo de media hora, si no los tenemos o no disponemos de tiempo suficiente será recomendable aguantar el máximo tiempo posible con la aplicación en las manos. A continuación, nos aclaramos las manos, las secamos y aplicamos una capa generosa de crema hidratante. Este truquito es muy práctico porque en casa solemos tener los ingredientes necesarios, os recomendamos que lo probéis y nos contéis el resultado, ¡terminaréis encantados!

Otra parte del cuerpo que se resiente con nuestra profesión son los pies, permanecen mucho tiempo aprisionados en un calzado duro y, muchas veces, mojados. Esto puede favorecer al ataque de algunos microorganismos. El siguiente consejo nos lo dio Nati, que siempre está pendiente de nuestra salud y nos ofrece toda la ayuda posible para evitar males. Su principal, y único, ingrediente es el aceite esencial de árbol del té: Fungicida, antibacteriano, antiviral, antibiótico, tónico, estimulante del sistema inmunológico…, el aceite de árbol del té (Malaleuca alternifolia) aúna todo tipo de soluciones para casi cualquier afección, y es especialmente recomendable para aliviar los problemas que puedan padecer los pies. “Pedicura desinfectante”: Consiste en añadir 5 gotas de aceite esencial de árbol del té a un recipiente con agua tibia, sumergimos los pies en el agua durante 15 minutos. A continuación, nos secamos los pies y mezclamos aceite de almendras (el equivalente a  ¼ de un vaso) con 3 gotas de aceite de árbol del té. Con la ayuda de un bastoncillo, tomamos un poco de la mezcla y limpiamos las cutículas y parte de la piel cercana a la uñas. Con este truco estaremos protegiendo los pies de agentes externos.

Esperamos que os hayan gustado estos consejos, seguro que si los probáis, terminaréis repitiendo y añadiéndolos a vuestra rutina de higiene.

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