endoterapia

Numerosas investigaciones han demostrado que las plantas de interior ayudan a purificar el aire del hogar o de las oficinas.

Pero hay más: determinadas especies pueden incluso absorber los gases emitidos por los ordenadores, las pinturas frescas o los materiales de construcción.

Así, por ejemplo, se sabe que el formaldehído, el tóxico más abundante en el aire de los espacios interiores, presente en diversas resinas y que se usa para tratar muchos productos de consumo, bolsas de basura, toallas y pañuelos de papel, adhesivos, revestimientos para suelos, etc… es absorbido en grandes cantidades por las hojas de especies como drácena, tronco de Brasil, ficus, hiedra, espatifilo, filodendro o poto.

Otros tóxicos como el xileno o el tolueno se eliminan en gran medida del aire en el que se encuentran gracias a la absorción que se produce en las hojas de plantas como la areca, diefembaquia o espatifilo. En cuanto al dióxido de carbono que desprende el humo del tabaco, la mejor opción para librase de él es decorar las estancias con cintas, ficus y rododendros.

Pero la “misión doméstica” de las plantas de interior no termina ahí: según las investigaciones realizadas al respecto, éstas ejercen una acción tranquilizante y reducen el estrés, además de disminuir la cantidad de polvo ambiental hasta en un 20 por ciento (lo que favorece a personas afectadas de patologías como la alergia). Incluso hay pruebas de que trabajar en un ambiente en que haya abundancia de plantas aumenta el rendimiento laboral.

Desde aquí os queremos dar un consejo si os decidís a poner plantas en vuestros interiores: para que desarrollen plenamente su función, hay que optar siempre por los ejemplares más jóvenes, ya que es la forma idónea para que se vayan adaptando desde el principio a las condiciones particulares del ambiente interior.

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